¿el universo esta vació ?
Bienvenido al blog ciencias exactas. Víctor
Vacío cósmico
El universo está vacío
La formación de estrellas a lo largo del tiempo cósmico depende del ciclo bariónico: el material fresco de un entorno prácticamente vacío tiene que alimentar de gas a las galaxias
Simulación de la colaboración TNG que muestra 3.000 años luz de la red cósmica actual, donde las galaxias (color oro) han expulsado el gas que se muestra en blanco.TNG
Las cosas más importantes son, a menudo, las que no se ven, las que parecen insignificantes, como ese gas tenue que ocupa el espacio entre estrellas y galaxias y llena el todo con apenas nada. Ese material, que conocemos como medio interestelar e intergaláctico, es tan fundamental que sin entenderlo no podríamos ni siquiera comenzar a describir el modo en que las galaxias forman estrellas o el universo se enriquece con elementos químicos.
Analicemos por un momento los ingredientes básicos del universo actual: 73% de energía oscura, 23% de materia oscura y solo un 4% en bariones (aquí incluimos también a los leptones cuyo miembro más famoso es el electrón). Los bariones son materia formada por neutrones y protones y representan la fracción más pequeña de todo lo que hay, pero como es de lo que estamos hechos nosotros y la que mejor conocemos, a menudo la llamamos materia normal. Ahora lo que cabe preguntarse es: ¿dónde están estos bariones en el conjunto de todo el universo?
Desde el comienzo, literal, de los tiempos los bariones han colapsado por efecto de la gravedad junto con la materia oscura para formar las grandes estructuras que observamos en el cosmos: planetas, estrellas, enanas marrones y galaxias. A pesar de que estas gigantescas edificaciones astrofísicas no han dejado de crecer, solo encontramos en ellas una pequeña parte de la materia bariónica. Incluso ahora, 13.700 millones de años desde el principio, tenemos que más del 90% de la materia “normal” está en forma de gas frío, no se encuentra en estrellas o planetas. Aún las gigantescas galaxias solo ocupan una millonésima parte del volumen total del universo. Dicho de otro modo, solo un 0,4% del universo es materia trazable a partir de observaciones de la luz que emiten las galaxias y estrellas. El resto de la materia bariónica la encontramos en forma de gas de baja densidad en el medio interestelar y, sobre todo, en el medio intergaláctico. Ese gas, que lo llena todo, es muy tenue por eso decimos que el universo es y está, en su mayor parte vacío, y de ahí el nombre de nuestro blog.
Desde el comienzo, literal, de los tiempos los bariones han colapsado por efecto de la gravedad junto con la materia oscura para formar las grandes estructuras que observamos en el cosmos: planetas, estrellas, enanas marrones y galaxias. A pesar de que estas gigantescas edificaciones astrofísicas no han dejado de crecer, solo encontramos en ellas una pequeña parte de la materia bariónica. Incluso ahora, 13.700 millones de años desde el principio, tenemos que más del 90% de la materia “normal” está en forma de gas frío, no se encuentra en estrellas o planetas. Aún las gigantescas galaxias solo ocupan una millonésima parte del volumen total del universo. Dicho de otro modo, solo un 0,4% del universo es materia trazable a partir de observaciones de la luz que emiten las galaxias y estrellas. El resto de la materia bariónica la encontramos en forma de gas de baja densidad en el medio interestelar y, sobre todo, en el medio intergaláctico. Ese gas, que lo llena todo, es muy tenue por eso decimos que el universo es y está, en su mayor parte vacío, y de ahí el nombre de nuestro blog.
Los bariones son materia formada por neutrones y protones y representan la fracción más pequeña de todo lo que hay, pero como es de lo que estamos hechos nosotros y la que mejor conocemos, a menudo la llamamos materia normal
Pero, ¿cómo vemos ese gas que llena los huecos entre estrellas y galaxias? Obviamente es muy difícil de detectar a no ser que esté en la proximidad de una fuente energética que excite el gas. Como este no es el caso la mayor parte de las veces tenemos que recurrir a fuentes brillantes que lo iluminan de fondo. Es como encender una linterna en una noche de niebla. Nuestras linternas son objetos brillantes y muy lejanos como cuásares, estallidos de rayos gamma (GRBs), estallidos rápidos de radio (FRBs) o incluso otras galaxias. Esta especie de faros astrofísicos nos permiten ver el gas que hay entre ellas y nosotros utilizando determinadas técnicas de espectroscopía a menudo en el rango ultravioleta y, por tanto, con instrumentos en observatorios en el espacio.
Pero lo más maravilloso es entender la importancia global que tiene este gas difuso que llena los recovecos de las cosas que brillan con luz. Empecemos por el más cercano, el material que hay entre las estrellas y que llamamos medio interestelar. Para entender qué ocurre a gran escala imaginemos que tenemos una botella como la de los náufragos, pero en este caso, en lugar de mensaje le colocamos dentro la materia característica del medio que va atravesando. Nuestra botella aquí en la Tierra tendría dentro mil quintillones de moléculas. Sin embargo, ahí fuera se vaciaría hasta solo contener, en las condiciones promedio, entre 1 y 1.000 átomos

