Los aviones podrían ahorrar combustible volando en formación, como las aves.
Un programa informático analiza los planes de vuelo y elige los dos aviones que se emparejarán. Estos despegan desde puntos distintos y adoptan la misma trayectoria, guiados por los controladores aéreos (1). Los pilotos activan un sistema de a bordo para lograr que los aviones vuelen separados por tan solo 3 kilómetros, a la vez que mantienen una distancia vertical de 305 metros (2). El segundo avión se mueve hasta situarse 15 metros por debajo de su compañero y ligeramente desplazado respecto al centro de la estela (3). La corriente ascendente que genera el primer avión brinda sustentación a su perseguidor, permitiendo que ahorre energía y combustible (4).
los aviones comerciales podrían comenzar a volar en tándem, con un aparato siguiendo de cerca al otro para ganar sustentación. La compañía Airbus asegura que esa estrategia, que ha bautizado como Fello’fly, podría hacer que el avión que va detrás ahorre hasta un 10 por ciento de combustible.
La idea se inspira en el comportamiento de aves migratorias como los gansos, que vuelan en formación para ahorrar energía. Al igual que un pájaro, un avión en movimiento deja tras de sí una estela de aire perturbado, como resultado de los vórtices que generan sus alas.
Como resultado, el avión «perseguidor» no precisa tanto impulso del motor, con lo que disminuyen el consumo de combustible y las emisiones. Pero los aparatos han de posicionarse de manera precisa: si el segundo avión se acerca demasiado al centro de la estela, los remolinos lo empujarán hacia abajo en vez de elevarlo. Y también tendrán que volar mucho más cerca, pasando de los 55 kilómetros de separación habituales en el espacio aéreo oceánico a tan solo 3
El verano pasado, Airbus realizó tres pruebas de esta técnica. Dos aviones A350 sobrevolaron el océano Atlántico al oeste de Francia, permaneciendo a 3 kilómetros el uno del otro durante cuatro horas. «Esas pruebas demostraron que es posible estabilizar la aeronave en la corriente ascendente de la estela usando el piloto automático, y que el ahorro de combustible es considerable», explica Nick Macdonald, ingeniero de Airbus y director del proyecto Fello’fly.
